Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín a él, que era el rey de esta jungla.
Se le soltó un patín... Su corazón no era un hotel aunque corría ese rumor y hoy tiene una entre otras cruces en este bosque siempre cruel. Dejó un billete que pide a gritos que lo gasten
como una hoja derivó en tu mismo turbio río. Entre amuletos y talismanes su destino desafiió
si su nariz crecía de tamaño, prometía más. No le robaba nunca a nadie a nadie en especial
ganó un orzuelo de tercer ojo y su nariz sangró.
No hubo caricias para su celo moro
y ahora mira crecer las flores desde abajo.....
24 febrero 2009
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